[Dryerase] ¡La Alarma!--Ojo en el INS--Cinco mytos (parte 4 de 5)
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Thu Nov 14 22:21:02 CST 2002
Ojo en el INS
La globalización ideológica en contra de la inmigración
Cinco mitos sobre la inmigración (parte 4 de 5)
Por Carlos Armenta
Colaborador del Semanario ¡La Alarma!
El eurodiputado francés Sami Nair expone y analiza, en un artículo
publicado en el diario español El País, lo que el llama “los cinco
mitos sobre la inmigración en España.”
El presente artículo (cuarto de una serie de cinco) analizará el tercer
mito dentro del contexto de la inmigración en los Estados Unidos.
Cuarto mito sobre la inmigración:
La riqueza de los Estados Unidos provoca un “efecto de llamada” en los
países pobres.
Aunque se puede pensar que los globalizados medios de comunicación—los
cuales difunden una imagen de la vida en los EE UU que se caracteriza
por la despreocupación por los problemas económicos y la
abundancia—ejercen un “efecto de llamada” en los países pobres, los
cuales se ven inundados por las imágenes de películas y series de
televisión norteamericanas, el principal efecto de atracción para los
inmigrantes lo ejerce en realidad la existencia de una economía
informal en el mercado de trabajo de los EE UU.
La mayor parte de los inmigrantes que ingresan a los EE UU prefieren
hacerlo ilegalmente debido al inminente rechazo por parte de las
autoridades migratorias (INS) si intentaran internarse por la vía
legal. Dichos inmigrantes prefieren pagar los servicios de un “coyote,”
cuyo costo actualmente ronda los US $2000, que enfrentarse a dicho
rechazo y a los complicados trámites burocráticos que se requieren para
ingresar legalmente.
Asimismo, dicha ilegalidad les asegura el encontrar un trabajo debido a
la existencia de un muy bien establecido sistema de contratación de
trabajadores indocumentados. Es de sobra sabida la facilidad con que se
pueden conseguir tarjetas de residencia, del seguro social e
identificaciones oficiales falsas (como licencias de conducir). Los
patrones emplean a trabajadores a sabiendas de que los documentos que
estos les presentan son falsos y evitan las sanciones impuestas por las
leyes migratorias para quienes contratan mano de obra indocumentada,
arguyendo que no es su responsabilidad constatar la autenticidad de
dichos documentos.
Sin embargo, y gracias a que los patrones saben que dichos documentos
son falsos, estos se aprovechan de la ilegalidad de los trabajadores
que contratan y los obligan a trabajar en condiciones espantosas. Por
ejemplo, los obligan a trabajar hasta ochenta horas a la semana sin
pagarles ni siquiera el salario mínimo establecido por la ley, y mucho
menos el que se establece para el tiempo extra, el cual debería de ser
del doble del normal para el tiempo que exceda las cuarenta horas a la
semana.
Al mismo tiempo, dichos patrones reportan en sus registros contables
que dichos trabajadores solo trabajan 40 horas a la semana y se les
paga el salario mínimo. Es decir, que si el salario mínimo es de, para
usar números redondos, US $5 la hora, se les paga US $200 por semana.
Pero como en realidad trabajan ochenta horas a la semana, de las cuales
cuarenta son de tiempo extra, entonces deberían recibir US $600.
Gracias a la ilegalidad de este sector informal del mercado de trabajo,
los trabajadores indocumentados solo reciben un 33% de lo que
recibirían de acuerdo a la ley si poseyeran documentos migratorios
legales para trabajar en los EE UU.
Como se puede observar, la existencia de este sector informal del
mercado de trabajo beneficia en gran medida a las empresas que emplean
a trabajadores indocumentados. De igual manera, y aunque las
condiciones de trabajo para dichos trabajadores indocumentados sean tan
desfavorables, estos las aceptan con la esperanza de cuando menos poder
mandar algo de dinero a sus familiares en sus países de origen, o la
esperanza de integrarse a largo plazo, junto con sus familias, a la
sociedad norteamericana bajo mejores condiciones, es decir, la
esperanza de lograr obtener la residencia legal o la ciudadanía.
Otros que se aprovechan del efecto de llamada de dicho sector informal
son las compañías que hacen negocio con el envío de remesas de
trabajadores indocumentados a sus países de origen. Se sabe que el
envío de remesas desde los EE UU es, en el caso de México, la segunda
fuente de ingreso de divisas para la economía mexicana, solo superado
por los ingresos provenientes de la exportación de petróleo, y
superando a rubros de la economía tan importantes como el turismo y la
exportación de productos agrícolas.
Así las cosas, compañías como Western Union y Orlandi Valuta, solo por
citar algunos ejemplos, cobran aproximadamente 10% del valor de los
envíos, sumando ingresos realmente impresionantes.
Aunque se pueda suponer que los inmigrantes piensen que al venir a los
EE UU podrían disfrutar de una vida como la de los personajes de
“Friends” o de cualquier otra serie de televisión a película
norteamericana, son en realidad los testimonios de sus compatriotas que
trabajan ilegalmente en los EE UU los que los motivan a venir. Dichos
inmigrantes están, como ya se ha dicho, dispuestos a aceptar
condiciones de trabajo y de vida paupérrimas, el riesgo de perder la
vida al tratar de cruzar la frontera y de utilizar los ahorros de toda
una familia después de años de trabajo para mandar a un solo miembro a
los EE UU a cambio de la esperanza de poder mandar unos dólares (menos
el 10% con el que se queda Western Union, por supuesto) a sus
familiares que viven en condiciones de pobreza extrema en sus países de
origen.
La mayor parte de los inmigrantes indocumentados saben lo que les
espera en los EE UU: una vida que no se parece en nada a la de
“Seinfeld” y sus amigos, pero la aceptan porque saben que hay un sector
informal del mercado de trabajo que les ofrece la oportunidad de enviar
algunos dólares a sus familias. No es, pues, la “riqueza” de los EE UU
la que ejerce el “efecto de llamada”, sino la existencia de un amplio
sector informal de contratación de trabajadores indocumentados en los
EE UU.
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