[Dryerase] ¡La Alarma!--Educacción bilingüe

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Sat Sep 21 14:07:46 CDT 2002


Educación bilingüe en Santa Cruz
Las escuelas carecen recursos para los estudiantes que están 
aprendiendo el inglés

Por Rachel Showstack
Colectivo del Periódico ¡La Alarma!

“Había una sensación general de pesimismo entre los maestros de 
Starlight cuando California aprobó la Proposición 227,” dijo Eric 
Gross, maestro bilingüe de la escuela primaria Starlight en 
Watsonville. “Nadie sabía que haría la ley a la educación bilingüe.” 
Aprobada por votación en 1998, la Proposición 227 prohibe a las 
escuelas publicas ensenar en español clases del currículo basico del 
estado, salvo que todos los estudiantes de la clase cuenten con 
renuncias a la ley firmadas por sus padres y la escuela.

Antes del voto, maestros y estudiantes a lo largo del estado de 
California organizaron grandes demostraciones de protesta contra la 
legislación propuesta. Muchos maestros estaban muy preocupados por la 
forma como sería afectada la educación de los niños. Temían que 
aquellos niños que no hablaran inglés no podrían mantenerse al paso del 
currículo si se les asignaran a clases impartidas exclusivamente en 
inglés.

El hombre de negocios de Palo Alto Ron Unz, quien propuso la ley, 
argumentó que los estudiantes que entran a los programas bilingües con 
habilidades mínimas de inglés aprenden a leer y escribir en su idioma 
nativo y no en el inglés. Unz, con su grupo de apoyo “Inglés para los 
niños” insiste que la única manera de enseñar el inglés a los niños es 
con la inmersión total en este idioma.

Pero según la maestra bilingüe de Santa Cruz City Schools Betsy 
Hamilton, la interpretación que hace Unz de la educación bilingüe es 
incorrecta. “La meta de la educación bilingüe es el éxito académico en 
inglés,” dijo. “Programas ineficaces han producido estudiantes que no 
adquieren las habilidades de inglés, pero los programas eficaces 
aseguran que si las adquieran.”

Cuatro años después de la implementación de la Prop. 227, los maestros 
en el Condado de Santa Cruz todavía están buscando la mejor forma de 
enseñar el currículo básico del estado a los estudiantes que están 
aprendiendo el inglés. Pero algunos dicen que el debate sobre los 
programas “solamente-inglés” no se enfoca en los problemas más graves 
de los estudiantes. Mas bien, sin importar el método de enseñanza, los 
estudiantes de grupos minoritarios, provenientes de regiones pobres, 
carecen de recursos educativos y gozan de poco apoyo de la comunidad.

Comunicación entre padres y maestros
En el primer año que se implementó la Prop. 227, los maestros no sabían 
como debían interpretarla. Incluso circuló un rumor entre los maestros 
bilingües de Starlight en el sentido que si hablaran con los padres 
sobre la legislación nueva perderían sus trabajos. Las solicitudes de 
renuncia no estaban disponibles en la oficina del distrito cuando 
empezó el año escolar, según Gross. En el segundo día, habían algunas 
solicitudes, pero solo en inglés. Las solicitudes en español por fin 
llegaron en el tercer día, pero para el cuarto día, los padres ya no 
acompañaban a sus niños a la escuela. De esta manera muchos padres 
nunca recogieron las solicitudes.

Gross, que en aquel año era el maestro de recursos bilingües de 
Starlight, hizo muchos esfuerzos para contactar a los padres y 
explicarles las opciones educacionales de los estudiantes. Pero dijo 
que era difícil de incluir a los padres en las decisiones sobre la 
educación de sus niños. “Los padres, sobretodo los no documentados, 
temían a la burocracia,” dijo Gross.

Como no existía sistema de comunicación con los padres en el distrito, 
los maestros tuvieron que crear uno nuevo. Algunos maestros se quedaban 
en la escuela hasta la noche para poder hablar con los padres después 
de que terminaran de trabajar en el campo. Otros incluso fueron hasta 
las casas de los padres en los fines de semana.

Este año, los maestros de Santa Cruz siguen intentado informar a los 
padres sobre las opciones que tienen los estudiantes que están 
aprendiendo inglés. Según Darlene Wilcox, la maestra de recursos 
bilingües de la escuela primaria Salsipuedes en Watsonville, algunos 
padres aún no entienden las opciones existentes. “Si hubiera más dinero 
en las escuelas, podríamos contratar un asistente social de tiempo 
completo,” dijo. También sugirió la posibilidad de contratar un 
intérprete. Pero con los recursos limitados de la escuela, solo se 
avanza en pasos pequeños. “Debemos seguir invitando a los padres a 
participar en las reuniones de información, las reuniones con la 
administración de la escuela, así como a reuniones particulares con los 
maestros,” Wilcox añadió.

Los programas
Alianza (una escuela privada) y Starlight son las únicas escuelas en 
Watsonville que todavía ofrecen programas de “inmersión en dos 
lenguas.” En esos programas, los niños que hablan español empiezan con 
clases solamente en español, y luego se trasladan a clases bilingües. 
La meta de inmersión en dos lenguas es que los estudiantes hablen, 
lean, escriban y aprendan bien en ambos idiomas. Esos programas son lo 
que algunos maestros llaman “educación bilingüe verdadera,” porque se 
les da la misma importancia a los dos lenguajes.

La maestra bilingüe Hamilton indicó que los programas de inmersión en 
dos lenguas presentan un mensaje de igualdad cultural entre los 
estudiantes que están aprendiendo el inglés y los hablantes nativos de 
inglés, además de dar a los estudiantes que están aprendiendo el inglés 
acceso igual al temario general del currículo. “El desarrollo de 
educación bilingüe tiene sus raíces en igualdad y acceso,” dijo. “Fue 
desarrollado para los estudiantes que no tenían igualdad y acceso en 
las escuelas publicas a causa de su idioma.” Hamilton argumentó que la 
Prop. 227 hace difícil de proveer con igualdad y acceso a la educación 
a los estudiantes que hablan poco inglés.

Alianza y Starlight se encuentran más o menos a dos cuadradas uno del 
otro, y están en una área de Watsonville relativamente bien acomodada 
en terminos economicos. Wilcox dijo que, aunque la Prop. 227 indica que 
los estudiantes tienen el derecho de ir a otra escuela para poder estar 
en cierto programa alternativo, estudiar tan lejos de casa no es una 
opción para muchos estudiantes. Por eso, el programa de inmersión en 
dos lenguas no está disponible para la mayoría de los estudiantes de 
Watsonville.

El mismo problema existe en Santa Cruz, pero hay menos opciones para 
las clases bilingües, según Hamilton. La Prop. 227 redujo de doce a 
cinco el número de clases bilingües en las escuelas publicas de la 
ciudad de Santa Cruz. Para conseguir una clase bilingüe nueva, la Prop. 
227 requiere que los padres de veinte estudiantes entreguen renuncias 
para solicitar una clase para un cierto año en un lugar dado. Pero en 
áreas como la ciudad de Santa Cruz, donde los estudiantes que están 
aprendiendo inglés son la minoria, muchas escuelas tienen pocos de 
estos estudiantes en cada grado, y es imposible proveer la opción de un 
programa bilingüe.

En la escuela primaria Salsipuedes, donde la mayoría de los estudiantes 
hablan el español como primer idioma, los padres pueden elegir entre un 
programa de inmersión en inglés o un programa bilingüe “de transición.” 
  En el programa de transición, se enseña a los estudiantes 
principalmente en español hasta que estén preparados para poder seguir 
el paso en clases ensénadas en inglés. Los padres de más de la mitad de 
los estudiantes de kinder en Salsipuedes han firmado solicitudes de 
renuncia para que sus hijos sean asignados a un programa de transición.

Veinte de los estudiantes con renuncias están en la clase bilingüe de 
la Maestra Geneva Garcia. Garcia enseña diario las lecciones de lectura 
y escritura en español, pero con los otros temas va cambiando entre 
español e inglés. Imparte la clase unos cuantos días primordialmente en 
español, y luego otros tantors en inglés.

En un día que enseña principalmente en inglés, después de dar la 
lección de lectura y escritura en español, Garcia cambia el cartel en 
la pared que dice “Español” al otro lado, el cual dice “English.” 
“Ahora les voy a pedir que se pongan su sombrero de inglés. (Now I am 
going to ask you to put on your English hat),” dice muy despacio en 
inglés. “En mis manos tengo un libro que ya leímos en español. Ahora lo 
vamos a leer en inglés. (In my hands I have a book that we already read 
in Spanish. Now we’re going to read it in English.)”

Según Eugene Bush, el maestro de recursos bilingües de Santa Cruz City 
Schools, la oportunidad de aprender a leer y escribir en la lengua 
materna ayuda a muchos estudiantes. “Para los niños que están 
aprendiendo a leer, es difícil de comprender la relación entre símbolos 
y sonidos y palabras,” dijo. “Si los niños están aprendiendo a leer en 
su propio idioma, la relación entre sonidos y significado es directa. 
Si están aprendiendo en su segundo idioma, la relación quizá no está 
tan clara.”

Todos los estudiantes de kinder cuyos padres no han solicitado un 
programa alternativo están en clases impartidas principalmente en 
inglés. La maestra Linda Pate, que habla muy poco español, enseña una 
clase de kinder de inmersión en inglés. Algunos de sus estudiantes 
hablan muy poco inglés. “Los niños que hablan los dos [idiomas] me 
ayudan mucho; frecuentemente traducen lo que digo al español,” dijo.

El método de enseñaza que usa Pate se llama Specially Designed Academic 
Instruction in English; ella se cuida presentar la lección de manera 
que los estudiantes que están aprendiendo el inglés comprendan. Habla 
despacio y claro, intenta no usar las expresiones idiomáticas, y usa 
sostenes como dibujos y palabras escritas en letras grandes.

El otro método de enseñanza para los estudiantes que están aprendiendo 
inglés se llama Sheltered English Immersion (SEI). En SEI clases, la 
instrucción principal tiene que estar en inglés, mientras que la 
maestra puede explicar tanto como necesita explicar en español, para 
que los estudiantes entiendan la lección. Se suele introducir las 
lecciones en el primer idioma de los estudiantes y luego dar un repaso 
en el mismo idioma al final.

Según Diana Dugan, maestra de kinder de la escuela primaria Natural 
Bridges en Santa Cruz, el peligro de los programas enseñados 
mayoritariamente en inglés es que fomentan el racismo entre los 
estudiantes. Programas bilingües crean un lugar para la educación 
multicultural que los otros programas no ofrecen, dijo. “El sistema 
[bilingüe] animó a los estudiantes anglohablantes a aprender el 
Español, y los ayudó a valorar los hispanohablantes y verlos como 
iguales,” explicó. Dugan se fijó en un cambio grave en las actitudes de 
sus estudiantes hacía los grupos minoritarios en los primeros cuatro 
años de la implementación de 227. “Ahora muchos anglohablantes dicen 
que los hispanohablantes son estúpidos. El sistema nuevo crea ese tipo 
de odio,” dijo.

Recursos educativos
Cuando la familia de un estudiante pide una solicitud de renuncia para 
estar en un programa bilingüe, la escuela puede o aprobarla o negarla. 
Casi todas las solicitudes de renuncia de los estudiantes de kinder en 
Salsipuedes han sido aprobadas. Pero Según Wilcox, no había bastante 
espacio en las clases bilingües para todos los niños con renuncias. Por 
esta razon algunos estudiantes con renuncias marcadas como aprobadas 
aun se encuentran en las clases de SEI, y van a clases de lectura y 
escritura especiales basados en su nivel de lectura en español. “Ahora 
me pregunto porque decimos que estas renuncias fueron aprobadas,” 
comentó Wilcox. “Es otro ejemplo de nuestra falta de recursos.”

Según Wilcox, las estadísticas no muestran que un programa funciona 
mejor que otro. “La Prop. 227 no cambió mucho,” dijo. “El gran problema 
es que las escuelas que tienen muchos estudiantes que están aprendiendo 
inglés no tienen los recursos que necesitan para proveer una educación 
suficiente.” El libro de texto que usa Wilcox en su clase de lectura 
incluye sobretodo cuentos de ficción. “Como van a tener tiempo de 
aprender los temas de ciencia y estudios sociales si no los aprendan 
mientras estudian la lectura y escritura?” preguntó. En su clase, los 
estudiantes aprenden a leer en inglés por la mañana, y por la tarde 
deben estudiar otros temas. “No hay bastante tiempo en el día,” me 
dijo. “Necesitamos mejores materiales para enseñarlo todo con tan poco 
tiempo.”

Wilcox explicó que los materiales de lectura y escritura deben seguir 
el currículo temático del año de estudios de los estudiantes requerido 
por el estado. Eso resulta especialmente difícil en Salsipuedes y otras 
escuelas con estudiantes cuyo primer idioma no es el inglés, porque hay 
estudiantes de tercer, cuarto y quinto año que su nivel de lectura y 
escritura apenas alcanza el segundo grado. “No tenemos un programa que 
nos asegure alcanzar los estándares del estado,” dijo. “Yo, como una 
maestra de una escuela pequeña, no debo estar desarrollando el 
programa; esto es en trabajo del estado.”

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